Roberto Rosado Fernández, educador
La llegada del europeo a Santo Domingo en el año 1492, sigloXV, cambio el escenario del nativo al establecerle nueva forma de trabajo a través de la búsqueda obligada del oro y el algodón, como tributo.
Las formas de protestar
del nativo fueron tan diversas como las formas de reprimirlos; esto creo las
condiciones para el genocidio que acelero la destrucción de una población que
se desarrollaba en calma hasta la irrupción del colonizador español.
La traída de negros para
suplir la mano de obra nativa, contribuyó a la creación del sincretismo que hoy
se refleja en nuestra etnia cultural y en los comportamientos que exhibe el
dominicano en su accionar cotidiano.
La rebeldía del
dominicano, en el curso de la historia, se ha expresado de varias formas,
huidas, desperdigamientos, autoasesinatos.guerras, movilizaciones, éxodos,
discusiones, debates, panfletos, huelgas, expresiones de violencia física,
abstención e indiferencia.
Las elecciones que recién
culminan en todo el territorio nacional, aunque se desarrollaron en calma,
reflejaron, de acuerdo con los resultados ofrecidos desde el órgano encargado
de regularlo, la Junta Central Electoral, un alto porcentaje de abstención y,
eso debe ser motivo de preocupación y análisis por todas las fuerzas políticas
involucradas en el mismo.
A mi entender la ausencia
de un porcentaje tan alto de ciudadanos en los centros de votación tiene que
ver con la calidad de la democracia, la incomprensión del deber y la
importancia que reviste para la nación depositar su voto para oponerse o
favorecer a quien aspira a algún puesto elegible o debilidad ideológica, con la
escasez de un liderazgo que represente los intereses de esa importante masa que
se abstiene, las ofertas incumplidas de cada gobierno, el alto índice de
manejos cuestionables en la administración pública y, con el clientelismo que
permite que personas sin competencia ocupen puestos electivos y posiciones de
toma de decisión.
Lo anterior desmotiva a
la gente común creándole un sentimiento de impotencia que lo aleja del proceso
y de ejercer el sagrado derecho de votar para seleccionar a los que dirigirán
el país por un periodo de cuatro años.
No votar implica para ese
grupo de ciudadanos su represalia por las malas prácticas que realizan los que
manejan la política estatal. Cada certamen electoral aumenta en número la
abstención de personas con derecho a ejercer elvoto.
De 23.5 por ciento de
abstención en 1996 a 44.71 por ciento en 2020 es suficiente para elevar la
preocupación. Hoy, según datos preliminares anda en más del 46 por ciento.
Creo que las
organizaciones políticas participantes deben colocar en su agenda inmediata la
evaluación exhaustiva del proceso y su participación para tomar iniciativas que
cambie el modo de actuar y que atraiga a los votantes que no se sienten
motivados a participar aumentando el número en cada elección.
Hacerse las preguntas
relativas a las razones de su ausencia: conciencia, modernidad exagerada,
promoción de antivalores, no comprensión del valor del voto, entre otras tantas
razones que se puedan agregar como resultado de la evaluación que realice cada
organización a partir de los postulados asumidos por la ideología que le dio
origen
Publicar un comentario