Servicios al Límite: Migración Haitiana y la Presión sobre Salud y Educación en la República Dominicana.

La migración haitiana en República Dominicana es un fenómeno que despierta pasiones, prejuicios y, sobre todo, muchas preguntas, pero más allá de los discursos, es en los pasillos de hospitales y las aulas sobrepobladas donde se siente su peso con mayor crudeza. Allí, la realidad no pregunta por nacionalidades: se comparten camillas, pupitres y esperas eternas. Este texto tiene como objetivo visibilizar cómo este fenómeno migratorio impacta directamente en la planificación estatal y en la calidad de los servicios públicos esenciales, tomando como marco de análisis la teoría de los factores de empuje y atracción de Everett S. Lee (1966) y la perspectiva de planificación estratégica de John M. Bryson (2004).

El país ha asumido históricamente un rol de receptor de población haitiana empujada por la pobreza, los desastres naturales y la inestabilidad política de su nación. Esta presión no es nueva, pero sí creciente. Tras el terremoto de 2010 y la crisis política actual en Haití, la migración se ha intensificado. Según la Segunda Encuesta Nacional de Inmigrantes, hay casi 850.000 personas de origen haitiano en nuestro país. No son cifras, son personas, y esas personas necesitan servicios.

¿Cuáles son las causas de la migración haitiana? Everett S. Lee (1966) expone que las migraciones se entienden mejor cuando se considera la estabilidad entre los factores que empujan al migrante fuera de su país (pobreza, violencia, catástrofes) y aquellos que resultan atractivos en otro (empleo, servicios básicos, estabilidad). En el caso de Haití, una mezcla de inestabilidad política, desastres naturales y pobreza extrema, con un 29 % de la población bajo la línea de pobreza (Banco Mundial, 2022), ha empujado a miles hacia el lado dominicano de la isla, mientras que el acceso gratuito a salud y educación actúa como un potente imán.

A su vez, la visión de planificación estratégica del profesor John M. Bryson (2004) complementa esta teoría al señalar que el Estado debe anticiparse a estas presiones a través de una planificación estratégica bien definida. Sin embargo, como veremos, la respuesta del Estado dominicano ha sido más reactiva que preventiva, evidenciando una sobrecarga estructural.

Según el doctor Lama (2024), citado por Fernández (2024), el Estado dominicano destina entre 10,000 a 15,000 millones de pesos  anuales sólo en atención a pacientes haitianos, lo que implica un gasto de recursos necesarios para brindar atención  a los dominicanos, impidiendo en muchas ocasiones que éstos sean atendidos  con los recursos suministrados.  La cifra mencionada representa entre el 6.9 % y el 10.3 % del presupuesto total del sector salud para 2024, estimado aproximadamente en RD $145,276 millones de pesos. No estamos hablando de números fríos: son recursos que podrían usarse en ampliar quirófanos, comprar medicamentos, pagar guardias médicas o fortalecer campañas preventivas para los dominicanos. Asimismo, en ese año, los hospitales de Mao contaron con casi el 60% de todas las parturientas eran extranjeras haitianas, y en Higüey, más del 50% fueron extranjeras haitianas.

Cabe destacar que, la presión no es homogénea, sino concentrada. En los centros hospitalarios fronterizos o de zonas  turísticas  como Higüey,  donde la mayoría de los partos  atendidos corresponden a haitianas.  A esta situación se suma que muchas de estas embarazadas  no cotizan en la seguridad social dominicana,  lo que hace inalcanzable recuperar los costos. Resultando de esto que los centros hospitalarios sufren  escasez de insumos, agotamiento del personal médico y desvío de recursos que deberían destinarse a los ciudadanos dominicanos.

Por otro lado, la situación en educación no es menos compleja. (González, 2024), en las provincias fronterizas , Dajabón, Elías Piña, Independencia, Montecristi y Pedernales, ha experimentado un incremento del 52 % en la matrícula haitiana, al pasar de 12,988 alumnos en 2018-2019 a 19,785 en 2022-2023, sin que docentes, aulas ni materiales escolares crezcan a la par. Esta sobrecarga merma la calidad del aprendizaje y genera costos adicionales en alimentación, material didáctico y programas de nivelación en español.

Aunque tanto la OCDE como la OIT (2018) han señalado que, en términos generales, el gasto per cápita en inmigrantes haitianos es menor que en dominicanos. Pero esa es una lectura agregada que diluye el drama cotidiano en las comunidades más afectadas. En la práctica, los municipios con mayor concentración de inmigrantes no reciben una asignación proporcional de recursos, por lo que terminan ahogados en una demanda que los sobrepasa.

En consecuencia, al no contar el Estado dominicano con un proceso de planificación estratégica anticipada, tal como propone Bryson, las autoridades reaccionan cuando la presión migratoria ya ha desbordado la capacidad de hospitales y escuelas. No se cuestiona el derecho de las personas a recibir atención: rechazar al migrante sería inhumano y contrario a los principios universales de salud y educación. El problema radica en un sistema social que exige un registro claro de quién ingresa, un control migratorio eficiente en fronteras y puntos de entrada y acuerdos de corresponsabilidad con otros países.

A falta de estos elementos,  la migración expone la fragilidad de salud y educación. Solo un enfoque integral con datos precisos, cooperación internacional y un control migratorio ordenado, no para cerrar puertas, sino para levantar techos sólidos que sostengan el bienestar de toda la población.

Estudiantes  de la maestria en Ciencias Socailes, orientada a la Investigacion Educativa

 Lilian Castillo

Harlem Figuereo

Alcania Alcántara

Alberis Mora

Isaac Feliz

Rubelisa Galva.

  Profesor Félix E. Dini Saldaña, M.A

Referencias.

 

  Banco Mundial. (n.d.). Tasa de incidencia de la pobreza extrema (consumo inferior a USD 2,15 por día, 2017 PPP) (% de la población) – Haití. Banco Mundial Datos Abiertos. Recuperado el 28 de mayo de 2025, de https://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY?locations=HT

Bryson, J. M. (2004). Strategic planning for public and nonprofit organizations: A guide to strengthening and sustaining organizational achievement (4th ed.). Jossey-Bass.

Fernández, C. (2024). El gasto de atención a pacientes haitianos supera los 10 mil millones de pesos cada año. Listín Diario. https://r.issu.edu.do/neS

González, C. (2024, 3 de julio). Crece 52 % la matrícula haitiana en escuelas fronterizas y decrece la criolla. Diario Libre. https://shorturl.at/Sa38B

Lee, E. S. (1966). A theory of migration. Demography, 3(1), 47–57. https://doi.org/10.2307/2060063

OCDE/OIT. (2018). Perspectivas de la migración internacional. https://www.oecd.org

Organización Internacional para las Migraciones. (2013, 30 de agosto). La OIM presta asistencia a haitianos en la República Dominicana que desean retornar voluntariamente a sus hogares [Comunicado de prensa]. https://r.issu.edu.do/ob4

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos Organización Internacional del Trabajo. (2018). Cómo los inmigrantes contribuyen a la economía de la República Dominicana. OECD Publishing & International Labour Organization. https://doi.org/10.1787/9789264302181-es