La desaparición de las fuentes oficiales de noticias

 

Es Penosa la desaparición de las fuentes oficiales de noticias, dando paso a el periodismo de las suposiciones, la especulación, los presuntos hechos y todas las informaciones imprecisas que esto implica.

En mis inicios de reportero del Noticiario Informativo Dos Mil y Corresponsal de Noticiario Popular antes de ser un  periodista consagrado, recuerdo esos días en que acudía a la Policía Nacional en busca de informaciones, a las sesiones de la sala capitular del ayuntamiento, al palacio de justicia para cubrir las informaciones judiciales y al hospital Alejandro Cabral para las hospitalarias.

Nuestro director y nuestro jefe de redacción Rafael Emilio Reyes Pineda y Rubén Moreta disponían siempre una agenda para que su equipo estuviera pendiente de cualquier preso que llegara a la policía, cualquiera que sea condenado o puesto en libertad en el palacio, de los que llegaban al hospital por accidentes, o por algún otro hecho que pudiera ser noticioso y finalmente de las decisiones tomadas en la sala capitular del ayuntamiento, donde también se dilucidaban muchos conflictos.

Otras fuentes esporádicas eran la dirección Regional de Agricultura, el Instituto Agrario Dominicano en los tiempos de las invasiones de tierras y el INDRHI para estar pendiente de las acciones con la distribución del agua que generaba también algunos inconvenientes.

Los reporteros y periodistas teníamos gran auge en los tiempos de las huelgas, recuerdo haber recibido un botellazo que chocó en una cámara de video VHS que portaba, cuando tenía la misma en acción encima de mi hombro derecho, lista para grabar lo que ocurriera.  Me encontraba en ese momento junto al periodista Luis Ney Suero en la calle 30 de mayo en el sector de los Mojaos.

Fue desconcertante que los huelguistas nos lanzaran botellas, cuando estábamos cubriéndole un reclamo de arreglo de calles y contra los apagones.

Al ver la agresividad de quienes se oponían a la huelga, Luis Ney Suero y yo optamos por marcharnos en una pasola propiedad de mi compañero antes citado, salimos con un bólido escapando de una lluvia de botellas encima de las casas que en ese momento se desató

El fin es que los periodistas nos juntábamos siempre en esos lugares que eran fuentes noticiosas para contarle a la población las informaciones veraces de los principales hechos sucedidos cada día.  Si alguien decía que ocurrió algún evento, éste era responsable de la información ofreciendo su nombre y apellido y describiendo lo sucedido, no podíamos escribirle al noticiario ninguna información sin los nombres de las personas, y si por casualidad mencionaban a alguien debíamos también tener la versión de esa otra parte.

Por ese apego a la fuente noticiosa basada en la que me hice periodista, tuve que acudir a múltiples audiencias para declarar sobre mi investigación acerca de la Muerte de un profesor, incluso ahí recibimos una agresión mi camarógrafo y yo.

Mas hacia atrás recuerdo haber visto intoxicado en el hospital a un hombre, que se había comido una lechosa tomada de una finca en Hato del Padre.

Luego de entrevistar a la victima en el Hospital fuimos a la finca a realizar una despedida de lo narrado por el hombre, allí nos sorprendió el propietario y casi a punta de pistolas salimos de la propiedad pidiéndole excusas al señor, porque no teníamos permiso para entrar a sus tierras a grabar.

Conversamos con él y luego lo convencimos de que nos hablara sobre el hecho y nos contó que los ladrones lo tenían al coger el monte, que había fumigado sus lechosas con un producto muy fuerte y eso provocó la intoxicación de el hombre que se encontraba enfermo en el hospital.

Cuento estos relatos para que nuestros profesionales del periodismo de hoy día, conozcan algunos detalles de la esencia de un buen periodismo.