Por Roberto Rosado Fernández, Educador
La palabra familia proviene del latín que significa FAMULUS” sirviente”,” esclavo”. Los sociólogos coinciden en enfocarla como la unidad social mínima constituida por el padre, la madre y los hijos. Para el Derecho Civil es un grupo de personas relacionado por grado de parentesco, por consanguinidad, por afinidad, y por adopción.
La armonía, la confianza, la seguridad, el respeto, los afectos, la protección y el apoyo para la resolución de problemas, son puntos básicos que deben trabajar los padres para que sus hijos los asimilen y puedan transmitirlos a los demás con la finalidad de que permanezcan en el tiempo.
Es la familia la primera responsable de la educación de sus hijos; a pesar de ello esta responsabilidad se ha ido relegando a la escuela, la iglesia, los medios de comunicación y al servicio domestico debido a que estos últimos pasan la mayor cantidad de tiempo con sus hijos.
Los pequeños actos que hacemos se pueden constituir en ejemplos hacia nuestros hijos, los van moldeando y en el momento oportuno afloran, como gran oasis en el desierto.
La familia nos ayuda a formar nuestra personalidad, tomar decisiones, lograr estabilidad emocional y buscar nuevos horizontes.
La familia es el núcleo de la sociedad debido a que en ella nacen y se moldean los más importantes valores que nos definen hasta la adultez. Estos valores se verifican cuando cada
uno de los miembros asume con responsabilidad, decisión y fortaleza el compromiso sobre el papel que desempeña en la familia y en la sociedad.
Los padres, responsables de la formación de sus hijos le corresponde educar con el ejemplo, son la cara visible de la familia y, de su comportamiento cotidiano aprenden sus hijos y lo practican; son el espejo de la familia pues el amor nunca termina cuando la familia está unida.
De la actitud que asuman los padres en la formación de sus hijos, depende en gran medida la actitud de estos en la escuela, la iglesia, en la conformación de su hogar así como en la formación de sus hijos. Hijo eres y padre será, es la máxima que se cumple cuando desde el hogar hay una buena formación. El hombre formado en su familia, por lo general es un buen padre, un buen gerente, amante del progreso, solidario y, sobre todo, humilde.
correcto
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