SintesisdelSur

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Por Rubén Moreta

Eugenio María de Hostos impulsó una singular revolución cultural en la República Dominicana, a través de gestar la profesionalización del magisterio, la promoción de un paradigma instruccional desmarcado de la tutela religiosa y la construcción de un modelo educativo nacional ordenado, sistemático , crítico y emancipador. 
Hostos era un promotor de la escuela laica, es decir, la separación de los centros de formación de los individuos de la guía religiosa, porque ataban a los sujetos a las cadenas del oscurantismo.
Su paradigma de enseñanza  encuentra actualidad y pertinencia, en momentos en que la escuela dominicana se encuentra prisionera de los dogmas religiosos.  En el país, a los ojos de todos, existe un control ideológico del sistema educativo nacional por parte del catolicismo, como religión “oficial” y “mayoritaria” de la nación. 
La iglesia católica no solo impregna todo el basamento filosófico-conceptual del currículo, sino que directamente  administra más de trescientos establecimientos educativos  en los niveles inicial, básico, secundario y universitario.  Estos centros educativos, bajo el control religioso, están diseminados en toda la geografía nacional.
Entre los aportes de del maestro Eugenio María de Hostos a la sociedad dominicana, podemos esquematizar los siguientes:
1-    Formó la primera escuela de formación profesional de maestros, para promover la enseñanza racional en la República.
2-    Fue el gran inspirador de la juventud dominicana, a los que contagió con sueños de emancipación intelectual, profesional y política.
3-    Fue un profeta de la ciencia que se alzó en contra del dogmatismo religioso.
4-    Fue un propulsor del liberalismo social y político, coincidiendo en esta perspectiva con Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón, Espaillat y los otros liberales de la centuria antepasada.
5-    Le imprimió racionalidad a la praxis educativa, confiriéndole sentido y pertinencia científica, moral y ética a los procesos de enseñanza y aprendizaje.
6-    Contribuyo a la formación integral del pueblo dominicano, porque su discipulado prosiguió abonando con sus enseñanzas a toda la sociedad.
7-    Impulsó la utopía de la hermandad y confraternidad antillanista.
8-    Con su discurso promotor de una educación laica, desmarcada de la ideología religiosa, potenció una perspectiva crítica y liberadora de los sujetos sociales y de la escuela nacional.
9.- Fue propulsor de la liberación femenina, a través de la educación científica y humanística de la mujer.  Fue el gran inspirador y acompañante de la insigne Salomé Ureña, generando una revolución cultural de gran impacto, y
10.- Fue pionero en el estudio de la realidad social dominicana, a partir del riguroso análisis científico, sentando las bases para el inicio de las ciencias sociales, muy especialmente la filosofía, la ética, la sociología, el derecho y la pedagogía.
Hostos acumuló grandes sueños, algunos aun insatisfechos, como la libertad, soberanía e independencia de su natal Puerto Rico.  La situación política de su patria le taladraba espiritualmente, a tal grado que llegó a exclamar,  de forma fatalista que: “Yo quisiera morir en mi isla querida; pero no tendré  esa dicha si llega mi hora siendo ella esclava”.
Sobre la independencia  de Puerto Rico, el 15 de octubre del 1900 proclamó en Santo Domingo que:  “Aquellos de entre los puertorriqueños que vean más a fondo el porvenir, seguirán queriendo que Puerto Rico sea un Estado confederado de las Antillas unidas en un todo político y nacional; y esos puertorriqueños saben que ni hoy ni mañana ni nunca, mientras quede un vislumbre de derecho en la vida norteamericana, está perdido, para nosotros el derecho de reclamar la independencia, porque ni hoy ni mañana ni nunca dejará nuestra patria de ser nuestra”.
Su sueño de que su isla forme parte del concierto de naciones libres ha sido imposible, pero algún día Puerto Rico, por la acción política de su pueblo empoderado, lograra su auto determinación, y así el maestro antillanista podrá descansar en paz.
El eximio educador se describió el 8 de septiembre del 1875 como: “Dominicano de sentimiento, como cubano de obligación, como puertorriqueño de nacimiento, como latinoamericano de origen,  devoción y aspiración…”








El autor es Profesor UASD.

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