Por Rubén Moreta
El crimen político más horrendo perpetrado por la dictadura
ilustrada de Joaquín Balaguer fue el
asesinato del periodista Orlando Martínez, la pluma más crítica contra ese
régimen negador de los derechos humanos y las libertades públicas.
Orlando Martínez, nació en el municipio de Las Matas de Farfán, provincia
San Juan, el 23 de septiembre del 1944. Era hijo de Doña Adriana Hawley y
Mariano Martínez. Inició sus estudios de periodismo en la Universidad Autónoma
de Santo Domingo. Su asesinato se
produjo el 17 de marzo del 1975, en la avenida José Contreras esquina Cristóbal de Llerena, en las proximidades
de la UASD. El tiro mortal a Orlando Martínez se lo infligió el cabo
Durán Cabrera con un revólver calibre 38 marca “Detective’’ número F07259.
A la hora de su muerte fungía como Director de la Revista Ahora y era
columnista del Periódico El Nacional, donde escribía su célebre columna
Microscopio.
El periodismo libre, responsable y de compromiso encuentra en el
malogrado Martínez a su más elevado estandarte, porque asumió un ejercicio
periodístico comprometido con la defensa de la libertad, los derechos humanos y
por la construcción de un nuevo orden político.
Martínez abrazó la militancia revolucionaria a través del Partido
Comunista Dominicano (PCD).
El Presidente Joaquín Balaguer acalló identificar los asesinos del
comunicador y de forma cobarde e irresponsable escribió en su libro “Memoria de
un Cortesano de la Era de Trujillo” una página en blanco ocultando a los
asesinos.
En la página en blanco, el Presidente Balaguer hizo este
comentario: “Esta página se inserta en
blanco. Durante muchos años permanecerá muda, pero un día hablará, para que su
voz sea recogida por la historia. Callada, como una tumba cuyo secreto a voces
se levantará, acusador, cuando el tiempo permita levantar la losa bajo la cual
permanece yacente, la verdad. Su contenido se deja en manos de una persona
amiga que, por razones de edad está supuesta a sobrevivirme y que ha sido
encargada por mí de hacerlo público algunos años después de mi muerte."
Fue a partir del año 1996, que el Presidente Leonel Fernández
reintrodujo el expediente en la justicia, y fueron sometidos a los tribunales el cabo de la Fuerza
Aérea, Mariano Durán Cabrera; Rafael Alfredo Lluberes Ricart (Lluberito), el entonces
mayor del Ejército Nacional, Joaquín Antonio Pou Castro; Luis Emilio de la Rosa
Beras, José Isidoro Martínez González y Salvador Lluberes Montás (Chinino). Este
último fue excluido luego del expediente “por razones de salud”. Todos los pistoleros operativos recibieron condenas
ejemplarizadoras de veinte y treinta años, no así los autores intelectuales de la muerte del comunicador, los
generales Enríquez Pérez Pérez, Salvador Lluberes Montás y Ramón Emilio Jiménez.
Hoy invocamos que en nuestro país nunca más la censura, persecuciones ni
el odio perturben la vida pública, y mucho menos, se acallen con métodos violentos a los
disidentes. Asimismo, que nunca más
desde el Estado se patrocine la vulneración de la libertad de expresión y
difusión del pensamiento.
Nunca más los fantasmas del miedo deben perseguir a los dominicanos y
dominicanos. Nunca más en esta media
isla la caverna política, con su resentimiento y desatino, debe atentar contra
la vida de una péndula desafiante e irreverente frente a los desmanes en el
ejercicio gubernamental.
Loor eterno a la
memoria de Orlando Martínez, mártir del periodismo dominicano.
opEl autor es periodista y Profesor
UASD.
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