Para poder recibir el pan de la enseñanza decenas de estudiantes sortean a diario extremas necesidades y se arriesgan montados en un camión para subir lomas entre la comunidad la Florida y Yaque del municipio de Bohechio.
A la salida del centro educativo, unas aulas móviles ubicadas
en los terrenos donde hace trece años se inició la construcción del liceo, son
formados por el chofer para que suban primero las hembras y los más pequeños.
Este tiene que dedicarse a fondo para poder imponer el orden.
Se tarda más de media hora para organizarlo, pero los mismos
van todos de pie para poder caber en el camión donado por el FONPER.
Van como sardinas subiendo montañas por donde hasta motores
tienen dificultad para subir.
A ello se agrega que cuando llegan a la escuela no tienen
butacas para sentarse y el espacio de las aulas móviles es insuficiente.
También deben pagar 100 pesos por semana cada uno para cubrir
el combustible del vehículo y el pago al chofer, pues el mismo no está nombrado
por el ministerio de educación.
Ante el peligro los estudiantes piden el arreglo del camino
vecinal, el que en ocasiones sus padres rellenan con palas y carretillas ante
la falta de mantenimiento de las autoridades.
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